Quino Castro, fotógrafo independiente, comenzó su formación de la mano del fotógrafo sevillano Fernando Romero y más tarde Pedro Gallego. Comenzó fotografiando su entorno, Estepa su pueblo natal, sus paisajes y sobre todo su gente. Desempeñó funciones de fotógrafo de prensa durante algunos años. Pronto se interesa por los viajes y el conocimiento de otras culturas por lo que desde principios de los noventa viaja siempre con una cámara de 35 mm que le permitirá captar imágenes que tras los años intenta unir bajo temáticas comunes. Nacen así series como “Mujeres en las calles del mundo” que ha sido expuesta en Alicante, Elche y Sevilla. En 1999 viajó a la República Centroafricana y trajo cientos de fotografías que vieron la luz en otra exposición denominada “El Corazón de las Tinieblas”.
Amplía su formación con fotógrafos tan variopintos como Tino Soriano, Cristina García Rodero, Alberto García Alix, Humberto Rivas, y con otros internacionales como Peter Marlow, recientemente fallecido, David Alan Harvey o el fantástico Alex Majoli.
En el año 2000 fue seleccionado junto a nombres de la talla de Jorge Simao y Cristina García Rodero para formar parte de la exposición “Luis Valtueña” que cada año organiza la ONG “Médicos del Mundo en Madrid y que recorre de forma itinerante varias ciudades españolas. En 2004 viaja por primera vez a la ex-republica soviética de Bielorrusia, y estuvo visitándola de forma intermitente hasta 2009, realizando varios reportajes en orfanatos, hospitales y aldeas. Durante esos años vivió la experiencia de compartir muchos momentos con la sociedad rural del país. Uno de estos reportajes fue finalista en Descubrimientos de Photoespaña 2008. En 2011 expuso junto al fotógrafo Raul Moreno y Wladimir Bazan una nueva serie de fotografías para el 25º aniversario de Chernobyl en Huelva, Sevilla y Madrid.
A finales de 2008 fotografió la vida en un asentamiento de familias de origen rumano y de etnia gitana que se congregó en las afueras de la ciudad de Estepa (Sevilla). Una vez más la fotografía fue el medio usado para entrar en contacto con otra realidad de nuestra sociedad como es el caso de la emigración forzosa por razones sociales y económicas.
En 2009 es seleccionado para formar parte de la publicación de Amnistía Internacional “Son mis derechos” junto a fotógrafos como Enrique Meneses, Javier Arcenillas o Tino Soriano.
Colabora con el diario El Mundo como fotoperiodista desde 2003. Durante años ha cubierto la sección de flamenco de este periódico en Andalucía.
Castro reivindica la fotografía directa, simple, sin artificios, sin encuadres magníficos, sin técnicas imposibles, sin complejos. Da igual un negativo o un archivo digital, solo son herramientas dispuestas para que el fotógrafo haga clic y cuente una historia.
Afirma que la fotografía pasa actualmente por un momento en el que grupos culturales y sociales monopolizan las tendencias imponiendo estilos y creando fotógrafos cliché, homogéneos, sin nada nuevo que aportar. Hay que intentar huir y recuperar la frescura de lo simple, mirar y disparar.
Quino Castro es miembro de la organización VEGAP (Visual Entidad de Gestión de Artistas Plásticos) desde el año 2003.