Galgos, febrero maldito

 

La condición humana

Embrutecido por el rencor, plantados mis pies sobre la tierra,
muestro hoy el lado oscuro de mi alma;
el sacrificio anual de mi derrota.
Estos huesos, este tumulto horrorizado de piel verdiamarilla,
estos colmillos,
son el galardón acusador de mi propia cobardía.
Aquí estoy, no me arrepiento.
Yo fui quien prendió los trofeos.
Y sin embargo, a mi pesar y al tuyo,
sigo siendo un hombre y no una bestia.

José Mª Juárez